Los ornitorrincos utilizan para cazar la electrolocalización. Gracias a una serie de electrorreceptores situados en hileras en la piel del hocico y a mecanoreceptores también distribuidos por el hocico, son capaces de percibir los débiles impulsos eléctricos que los animales producen al moverse. El sistema electrorreceptor del ornitorrinco es el más sensible de todos los monotremas y este interesante método sugiere que pueden también calcular la distancia a la que se encuentran las presas a partir de la diferencia en el tiempo de llegada de las dos señales. Así, cuando salen a cazar, mueven la cabeza de un lado al otro para detectar a sus presas comparando las diferencias en la intensidad de la señal y calculando cuánto tiempo tardarán en llegar.
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